Cuando tú dices mi nombre,
se escapa la música que lleva adentro.
Música con arenas y palmeras
a veces, amapolas y claveles.
Pero hay también interminables tardes de siesta
en interminables llanuras amarillas.
Son todas las tardes que se escapan.
Cuando tú dices mi nombre,
se enciende mi piel
y ya no puedo hablar,
no hace falta.
Cuando tú dices mi nombre
se lo escucha a Serrat cantar contento
y las palomas vuelven a entrar por mi ventana.
Pero hace mucho que no dices mi nombre,
Ya partieron todas las naves
con mis mensajes
…no han regresado.
Me hace falta escuchar cuando tú dices mi nombre